Todas las personas tendemos a preguntarnos por las causas de nuestros resultados, especialmente si éstos son inesperados (aprobar un examen cuando no lo esperábamos), negativos (suspender un control, lo esperáramos o no) o muy importantes para nosotros (pasar de curso y seguir con nuestros amigos y amigas). Las explicaciones que nos damos se denominan atribuciones causales.
Las atribuciones causales que hacemos sobre nuestros resultados condicionan nuestras reacciones emocionales y nuestras expectativas y, consecuentemente, también influyen en nuestro interés y esfuerzo para alcanzar nuestras metas. De esta manera, cuando pensamos que hemos aprobado un examen gracias a nuestro trabajo, nos sentimos orgullosos de nosotros mismos y creemos que si seguimos esforzándonos también aprobaremos el próximo examen. Este tipo de atribución causal nos anima a continuar trabajando. Por el contrario, cuando pensamos que hemos aprobado un examen gracias a la suerte, no nos sentimos especialmente orgullosos de nosotros mismos y no creemos que nuestro esfuerzo nos asegure el éxito la próxima vez. Este tipo de atribución no nos anima a trabajar sino que nos hace pensar que no tenemos ningún tipo de control sobre nuestros resultados.
Esta unidad se propone que conozcáis vuestras atribuciones causales e identifiquéis aquellas causas que dependen de vosotros/as mismos/a para poder controlarlas e introducir las modificaciones oportunas.
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