El alumnado anotó en una tabla las causas a las que atribuye habitualmente sus resultados para determinar si éstas dependen de él mismo y si es así cómo puede controlarlas y/o modificarlas.
Los estudiantes dispusieron de unos 10 minutos para reflexionar y contestar y después comentaron sus respuestas.
En la realización de esta actividad se produjeron las siguientes situaciones.
- El alumnado necesitó que le sugiriera situaciones diversas (suspender/aprobar un examen, ser sancionado o felicitado por un docente por su conducta...) para que fuera capaz, posteriormente, de plantear las suyas y de pensar en las explicaciones que suele darse a sí mismo.
- El alumnado demostró tener claro las causas que dependen de él y cómo las puede controlar.
Al poner en común las acciones que proponían los estudiantes para controlar las causas a las que habitualmente atribuyen sus resultados, admitieron que a pesar de conocer la forma de modificarlas para mejorar su rendimiento, muchas veces no las ponen en práctica. Entonces les hice meditar sobre las ventajas de aplicarla y como consecuencia de dicha reflexión mostraron un cierto interés por llevarla a cabo y comprobar si experimentaban mejoras.