El proceso de evaluación comienza con la realización de una serie de cuestionarios para la adquisición de información.
A partir de dichos cuestionarios y mediante el uso de un baremo obtenemos una valoración individual.
Posteriormente, mediante la aplicación de una serie de criterios que hay que establecer podemos convertir dichas valoraciones individuales en una valoración grupal.
Por último, a partir de estas valoraciones grupales y en función de determinados aspectos (metas, género, dificultades de aprendizaje y actitud ante las tareas escolares) se establecen una serie de perfiles que tras globalizarlos nos permiten determinar una serie de rasgos y actitudes propias del grupo y, por tanto, su perfil grupal.
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